Una obra de arte que no existe en el mundo físico fue subastada por US$69 millones; personajes públicos están respaldando el uso de sus imágenes en el mundo digital; la artista Grimes vendió una colección de sus obras de arte digital por más de US$6 millones a principio de mes; ¿lo que tienen en común estos tres casos? el uso de los NFT, un token digital como nueva respuesta digital a las piezas de colección.
Si el bitcoin fue aclamado como la respuesta digital a las divisas, los NFT con ahora considerados la respuesta digital a las piezas de colección. Los NFT son las siglas en inglés de token no fungible, es decir, algo que tiene propiedades únicas y no puede ser intercambiado. Por ejemplo, una obra de arte como la Mona Lisa, que es única, uno puede replicarla o toarle una fotografía pero existirá solo un cuadro original.
Los NFT son un activo “inimitable” en el mundo digital que puede ser comprado y vendido como cualquier otro tipo de propiedad, pero no tienen forma tangible en sí mismos. Estos tokens digitales pueden ser entendidos como certificados de propiedad de activos virtuales o físicos.
La semana pasada, los NFT fueron el elemento clave de una noticia sobre la modelo y escritora Emily Ratajkowski, quien en un intento por re establecer la autoridad sobre su propia imagen subastará un NFT de su ensayo titulado “Volver a comprarme: un modelo para la redistribución” el próximo 14 de mayo a través de la plataforma Christie’s.
En la obra, Ratajkoski explica la situación que vivió tiempo atrás cuando el renombrado artista Richard Prince usara una serie de fotos de su perfil Instagram sin su consentimiento como parte de su serie New Portraits, que consta en varias publicaciones de Instagram impresas en lienzos vendidas en aproximadamente $90,000 dólares.
Cuando intentó comprar las obras de Prince que contenían su imagen alguien más ya lo había hecho, solo lo logró con una, con la que posó para una nueva foto que hoy usa como la imagen de su NFT.
«Como alguien que ha construido una carrera compartiendo su imagen, muchas veces, aunque ese es mi sustento, me la quitan y luego alguien más se beneficia con ella», dijo. Cada vez que se revende su NFT, recibirá un corte no revelado. «Para mí, este mercado digital es una forma de comunicar esta idea específica que no podría existir de otra manera”.
Pero Emily no ha sido la única en hacer uso de este nuevo recurso digital; sobre todo para el mundo del arte, esta es una herramienta prometedora que viene a posicionarse como una nueva forma de transacción y de protección a los derechos de autor y de imagen.
Con los NFT, el arte puede ser tokenizado para crear un certificado digital de propiedad que puede ser comprado y vendido. Como con las criptomonedas, un registro de quién posee lo que está almacenado en un libro de contabilidad compartido como el blockchain.
Los registros no pueden ser falsificados porque el libro en cuestión es mantenido por miles de computadoras alrededor del mundo.
Los NFT también pueden contener contratos inteligentes (smart contracts) que podrían proporcionar al artista, por ejemplo, una parte de una venta futura del token.
En teoría, cualquiera puede tokenizar su trabajo para venderlo como un NFT pero el interés ha crecido a raíz de noticias sobre ventas multimillonarias.
El 19 de febrero, un Gif de Nyan Cat, el famoso meme de 2011 de un gato con cuerpo de galleta volando, se vendió pro más de US$500.000.
Pocas semanas después, la cantante canadiense Grimes vendió una colección de obras digitales por más de US$6 millones.
Fuentes:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-56502251
https://www.nytimes.com/2021/04/23/style/emily-ratajkowski-nft-christies.html
@emrata